El Estadio Único de la ciudad de La Plata, recibiría a Aerosmith como parte de una nueva gira latinoamericana, dejando atrás la fallida visita de 2010 en la que el grupo debió cancelar su presentación por falta de un escenario. En ésta oportunidad, el moderno recinto sería tomado por los chicos - no tan chicos, hoy en día - malos de Boston quienes unos pocos minutos después de las 22 comenzarían a hacer suya una noche que comenzó tímida y seca y que terminó intensa y muy húmeda.
Foto cortesía: Tomás Correa Arce (www.rollingstone.com.ar) |
Luego de una introducción de visuales y telones, una tríada de canciones setenteras servirían para calentar motores: "Draw The Line", "Same Old Song and Dance" y "Mama Kin" vendrían del pasado para poner en manifiesto que la banda no olvida sus raíces, aquellas que en cierto momento cederían el apodo de "Toxic Twíns" (gemelos tóxicos) a sus dos líderes, el cantante Steven Tyler y el guitarrista Joe Perry (a propósito, los que mejor se mantienen del quinteto).
Una versión algo más lenta de "Janie's Got a Gun", de aquel celebrado Pump de 1989, arrancaría verdaderos gritos de emoción, mientras que "Living on the Edge" sería el primer tema que realmente conectaría a la gente, luego de un comienzo entre apagado, lento y con problemas de sonido. Las más de 40 mil personas nos sentíamos viviendo al borde (del llanto, de la emoción, de la felicidad) al poder disfrutar de ésta legendaria banda.
Luego de esos seis minutos altos e intensos en los que quedamos sin voz al gritar el tema de 1993, llegaría un pequeño descanso - para los músicos y para nosotros - con el solo de batería de Joey Kramer, quien a sus 61 años, aún golpea los cueros con la fuerza de un veinteañero.
Nuevamente con toda la banda en escenario y con Perry en la slide guitar, sería el turno de "Rag Doll", poniéndonos a saltar y bailar mientras cantabamos "Yes, I'm movin', yes, I'm movin', get ready for the big time"... Precisamente, ese gran momento llegaría con "Amazing", el sentido clásico de 1993 plagado de mensajes de vida y parte de esa trilogía de baladas que hicieron de Get a Grip un disco memorable.
Un Tyler a capella entonaria las primeras notas de "What It Takes", uno de los temas que más esperaba escuchar del amplio repertorio. El público cantaba con sentimiento la power ballad ochentera y en medio de la canción, comenzaron a caer las primeras gotas de lluvia, que de a poco irian bañando a todos los que estabamos en campo. Al escuchar lo bien que sigue cantando éste tremendo vocalista, pensaba que tal vez podría compartir sus secretos con otros cantantes que con 10 o 15 años menos, no logran ni la mitad.
Nuevamente, la banda volvería a territorio setentero con "Last Child", el único tema seleccionado del crudo Rocks de 1974 y al finalizar llegaría "Stop Messing My Heart Round" - original de Fleetwood Mac y el solitario tema tocado del olvidable Honkin' on Bobo' - introducida por el guitarrista Perry quien personalmente se encargó de cantarla, con Tyler haciendo los coros y tocando la armónica. El número bluesero bajaría un poco los ánimos y de inmediato llegaría aquella balada que sirvió para revivirlos en los charts de 1998. "I Don't Want To Miss a Thing" y su coro generalizado, con parejas abrazadas y celulares y cámaras en el aire, a pesar de la lluvia.
Foto Cortesía: Carol Martinez Littrell |
Nuevamente, la banda volvería a territorio setentero con "Last Child", el único tema seleccionado del crudo Rocks de 1974 y al finalizar llegaría "Stop Messing My Heart Round" - original de Fleetwood Mac y el solitario tema tocado del olvidable Honkin' on Bobo' - introducida por el guitarrista Perry quien personalmente se encargó de cantarla, con Tyler haciendo los coros y tocando la armónica. El número bluesero bajaría un poco los ánimos y de inmediato llegaría aquella balada que sirvió para revivirlos en los charts de 1998. "I Don't Want To Miss a Thing" y su coro generalizado, con parejas abrazadas y celulares y cámaras en el aire, a pesar de la lluvia.
El instante "romántico" se prolongaría con "Cryin'" ante un público completamente rendido y entregado. Grandes y chicos, cantábamos la canción mientras las imágenes del videoclip inmortalizadas por Alicia Silverstone eran proyectadas en la pantalla. Eran los noventas de nuevo y aunque algunos de los presentes, quizá ni habían nacido en ese entonces, otros reviviamos el colegio o la universidad con esas melodías...
Ese momento, ni la lluvia ni el frio eran razones suficientes para desear que el recital se acabase. El veterano quinteto entregaba todo y el agua era parte del show.
Aún sin recuperarnos de la emoción, llegaría el golpe final; el tiro de gracia que lo daría una canción infaltable en cualquier show de Aerosmith. "Sweet Emotion" explotaba por los parlantes y nos envolvía con sus guiños de psicodelia y sus inconfundibles riffs de guitarra que hacen de ésta una de las canciones más "Aerosmith". El "sweeeeet emotioooon" debió sentirse en toda la ciudad de La Plata y sin duda, teníamos nuestra dulce emoción...
Algo más de 70 minutos habían transcurrido y los rockeros se despidieron (por unos contados minutos).
Los cinco retornarían tras una breve pausa para regalar tres grandes hits. Primero, "Dream on" que nos haría poner la piel de gallina, en seguida llegaría la sensual "Love in an Elevator" con el "oh, yeah" por cortesía de la gente y el broche de oro lo pondría "Walk This Way", esa vieja canción de los 70s que a 35 años de su origen, continúa deleitando y contagiando.
Al final, fueron 16 canciones en un show redondo de hora y media de duración; una verdadera fiesta bajo el agua.
La sonrisa de satisfacción era general. Los de Boston dejaron el escenario y se llevaron consigo la lluvia. No importaba nada más, ni siquiera el largo recorrido de retorno a Buenos Aires. Habíamos disfrutado de un buen show de la banda norteamericana más exitosa de la historia.
Aún sin recuperarnos de la emoción, llegaría el golpe final; el tiro de gracia que lo daría una canción infaltable en cualquier show de Aerosmith. "Sweet Emotion" explotaba por los parlantes y nos envolvía con sus guiños de psicodelia y sus inconfundibles riffs de guitarra que hacen de ésta una de las canciones más "Aerosmith". El "sweeeeet emotioooon" debió sentirse en toda la ciudad de La Plata y sin duda, teníamos nuestra dulce emoción...
Foto cortesía: Tomás Correa Arce (www.rollingstone.com.ar) |
Algo más de 70 minutos habían transcurrido y los rockeros se despidieron (por unos contados minutos).
Los cinco retornarían tras una breve pausa para regalar tres grandes hits. Primero, "Dream on" que nos haría poner la piel de gallina, en seguida llegaría la sensual "Love in an Elevator" con el "oh, yeah" por cortesía de la gente y el broche de oro lo pondría "Walk This Way", esa vieja canción de los 70s que a 35 años de su origen, continúa deleitando y contagiando.
Al final, fueron 16 canciones en un show redondo de hora y media de duración; una verdadera fiesta bajo el agua.
La sonrisa de satisfacción era general. Los de Boston dejaron el escenario y se llevaron consigo la lluvia. No importaba nada más, ni siquiera el largo recorrido de retorno a Buenos Aires. Habíamos disfrutado de un buen show de la banda norteamericana más exitosa de la historia.
Pato Peters
PD: Buscando videos en YouTube del show de anoche, volví a emocionarme... Qué gran banda, qué buen recital...
tan rapido le arreglaron los dientes?
ResponderBorrarGolazo Pato... Genial Reseña!!!!!
ResponderBorrarSi Claro... en Paraguay mismo se la arreglaron...!!!! A Buenos Aires llegó con su sonrisa al 100%.
ResponderBorrarjaja
ResponderBorrarde lo que me perdi
ResponderBorraroh por que no fui estando tan cerca
ResponderBorrarINCREIBLE RECITAL..INCREIBLE MOMENTO... A POCAS CUADRAS DE MI CASA..TUVE LA OPORTUNIDAD DE ESCUCHAR A LOS AMORES DE MI VIDA!!!!!!
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