Tras la salida de Shake Your Money Maker, allá por 1990, la desaparecida revista inglesa Melody Maker llamó a los debutantes Black Crowes como la banda de rock 'n' roll más rock 'n' roll del mundo. Nadie podría haberlo dicho de mejor manera y hoy, veinte y tantos años después, el calificativo sigue vigente para un grupo que supo sortear las dificultades de una carrera nada sencilla que los llevó al menos a tomarse dos pausas en su momento indefinidas. 

Con su retorno muy fresco y con tan solo media docena de shows después de un año y medio de ausencia, los hermanos Chris y Rich Robinson ofrecieron un doblete de conciertos en el amplio Terminal 5 en la ciudad de Nueva York. Pienso Música estuvo presente en el concierto del 6 de abril. 

Un lleno total aguardaba al sexteto para su segunda noche en el local de Hell's Kitchen, el barrio de Manhattan situado entre Eight Avenue y el rio Hudson. Las más de 3000 personas, con un promedio de edad de 35-40 años, esperaban impacientes la llegada del sexteto que retornaba a la ciudad de Nueva York tras tres años, con aquellas cinco fechas seguidas que fueron inmortalizadas en el flamante Wiser For The Time con 26 canciones distribuidas en cuatro vinilos. 

Foto cortesía: Gregg Greenwood (www.bowerypresents.com)

Con cinco minutos de retraso y liderados por un espigado Chris Robinson - con una pinta que bien podría ser una mezcla entre Jesucristo y John Lennon - comenzaron a sonar las notas de "Twice As Hard", el enérgico número blusero/hard rock que los introdujo a comienzos de 1990. El opener  quedará grabado en mis retinas y oídos, como algo de lo mejor que vi en mi vida. 

"Good Morning Captain", la solitaria canción en el setlist de Before The Frost... Until The Freeze, su último disco en estudio y su versión de "Feelin' Alright?" de los ingleses Traffic llegaron luego, con una intensidad en ascenso, pese a las maracas que acompañaban el tema de 1968. De inmediato, los Robinson y secuaces viajaron a sus comienzos con "Remedy" parte del excelente The Southern Harmony and Musical Companion. Para esas cuatro canciones habían transcurrido más de 25 minutos, con los miembros explayándose en cada una de ellas, al mejor estilo de un jam rockero o jazzero. 

Foto cortesía: Gregg Greenwood (www.bowerypresents.com)
Como ofreciendo una pausa, pero sin sacrificar en absoluto el feeling, llegaron las más calmadas "Sister Luck", "She Gave Good Sunflower", una versión extra larga de "Another Roadside Tragedy" - menos bluesera que la original de The Lost Crowes - y la emotiva e icónica, "She Talks To Angels" que desprendió unas cuantas lágrimas. (¿será que alguna vez inventamos en español una palabra que defina "anthemic"?).



Luego fue el turno del lado country/folk de los seis de Atlanta con "Whoa, Mule", con percusión, banjo, guitarras acústicas y cinco voces, en uno de los momentos más sureños de la velada. Ya con una armónica en labios del mayor de los Robinson, volvieron a comienzos de los 90s con "Thorn In My Pride" en una toma de más de 12 minutos, en los que cada músico manifestó su talento en forma de solos. 

La bluesera "Title Song", que debutó en el disco en vivo Live de 2002, con sus casi 10 minutos, antecedió a "Soul Singing", esa canción inspiradora y casi gospel que sirvió como parte de la promoción de Lions 12 años atrás. El momento sería redondeado con la alegre "Goodbye Daughters of The Revolution", segundo tema de Warpaint, mientras que la sentida "Wiser Time", con un jugueteo de ida vuelta entre el bajo y el piano y en una versión más que extendida, serviría para poner el cierre, tras dos horas exactas de show. 



"Descending" - al igual que la anterior, como parte de Amorica - con ese su "Have mercy baby" que parece descender por toda tu espina dorsal, volvió a montar a la banda sobre el escenario, antes de despedirse con un par de versiones, la rockandrolera/bluesera "Mellow Down Easy", de Willie Dixon con solo de armónica incluido y la country/roots "Boomer's Story" de Ry Cooder. 

Foto cortesía: Gregg Greenwood (www.bowerypresents.com)
17 canciones en dos horas y media de duración, en uno de los shows en vivo que definitivamente volvería a disfrutar en cualquier parte del mundo. 

Gracias por el rock and roll. Gracias por los Black Crowes.

Por
Pato Peters
      

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