Foto: Pato Peters |
Año tras año, el festival mejora y brinda alternativas musicales en las principales capitales de Sudamérica, con Sao Paulo (2012) y Buenos Aires (2014) ofreciendo el mismo evento, cada uno a su manera, pero siempre bajo la atenta mirada de su fundador, Perry Farrell.
A continuación, te compartimos 10 reflexiones que nos dejó la reciente edición en la capital chilena, la más antigua de nuestra región.
1. La nostalgia vende
Si hay algo que caracterizó a la versión 2014 del festival Lollapalooza, fue la gran cantidad de actos clásicos o "nostálgicos" que formaron parte del line-up. Grupos de mediados/finales de los ochentas como Nine Inch Nails, Soundgarden, Pixies y Red Hot Chili Peppers, y los ochenteros New Order sirvieron para atraer grandes cantidades de público, principalmente mayores de 25 años.
Si bien cuatro de ellos llegaban con material reciente para presentar, fueron los Chili Peppers - sin música nueva desde 2011 - quienes tuvieron la mayor convocatoria. De todas las bandas mencionadas, sólo Soundgarden llegó por vez primera a Sudamérica.
2. El futuro está en buenas manos
La afirmación puede sonar algo exagerada, pero es lo que se siente tras haber visto en escena a Lorde y Jake Bugg, ambos en el stage Playstation.
La neozelandesa de 17 años demostró que "Royals" no es lo único bueno que tiene, y de manera orgullosa - y sincera - defendió su excelente disco junto a los dos músicos (y muchos samplers) que la acompañan. Su discurso adolescente le valió aplausos por montones y su evolución es más evidente que la de sus colegas de esa edad.
El inglesito de 20 años recién cumplidos, no es otra cosa que un prodigio. Con dos álbumes editados y tres EPs, parece una versión joven de Bob Dylan mezclado con Johnny Cash y Noel Gallagher. Su sonido retro hace aún más interesante su propuesta y su talento en la voz y la guitarra lo tienen como uno de los músicos más destacados de su generación. Quizás podría enseñarle unas cuantas cosas a otro joven de su edad; un tal Justin.
3. Julian Casablancas pretende acabar con el legado de su banda
El niño mimado del rock moderno parece empeñado en echarle tierra a su carrera con The Strokes. Desde su debut en vivo con su grupo de soporte, The Voidz, en marzo de este año, los comentarios no han sido más que negativos y su música se aleja completamente del sonido de su banda original.
Con mucha distorsión, volúmenes excesivos, balbuceos en el micrófono (¿alcohol o drogas, Julian?), y un repertorio que apenas visita territorio strokes, el neoyorkino - quien viene de colaborar con Daft Punk - aparenta haber perdido el norte o, quizás, es un incomprendido - y adelantado a su época - debido a su casi intolerable y ruidosa propuesta.
Casablancas alega no haber podido probar sonido en ninguna de sus actuaciones, pero no creo que ese sea el caso en los shows privados que brindó en locales pequeños y con el mismo desprolijo resultado. Lejos, lo peor del Lollapalooza.
4. Arcade Fire juega en ligas mayores
Funeral y Neon Bible fueron los primeros indicios de que se venía algo grande con los canadienses. The Suburbs fue su consagración como abanderados del indie y Reflektor no hizo más que confirmar su estatus de gran banda. Arcade Fire llegó por vez primera a Sudamérica y creemos que valió completamente la espera. Los disfrutamos en su mejor momento.
Los hermanos Win y Will Butler, Regine Chassagne, esposa del primero y los otros nueve músicos que comparten el stage, cautivaron a los miles de fanáticos - y curiosos - con un sólido y bien seleccionado set que comprendió material de sus cuatro discos de estudio. Con una perfección absoluta sobre el escenario, de comienzo a fin, los montrealeses apuntan a convertirse en la nueva banda de estadio, un "rango" poco común en nuestros días.
5. Trent Reznor es el p*to amo
Seas o no fanático del siempre directo líder de Nine Inch Nails, no hay cómo negar que el tipo la tiene clara. Visionario, perfeccionista, crítico y cerebral, Trent Reznor es sobre todo un sobreviviente: de las drogas, de la depresión, de la industria y de sí mismo.
A punto de cumplir 49 años, Reznor continúa inventando y descubriendo, y su rol ha sido vital para el desarrollo de una serie de actos que han tomado a NIN como ejemplo. Ganador de un Oscar y alguna vez calificado como el artista más vital en la música, trajo a esta versión de Lollapalooza una de las mejores presentaciones.
El show de Reznor y sus Nine Inch Nails fue una lección básica de música electrónica, entre otras cosas. Un concierto al que todo bien o mal llamado DJ debería asistir.
6. Los debutantes también tienen fans
Foto: Pato Peters |
7. Es el principal festival de la región
Indudablemente, no tiene par.
Por su magnitud, por su llegada y por su nombre - más aún si se toma en cuenta a sus contrapartes brasileña y argentina convocando a casi medio millón de asistentes - Lollapalooza es la fiesta musical más importante de la región, sin menospreciar a otros festivales como los legendarios Vive Latino mexicano y Rock al Parque colombiano y los más recientes Stereo Picnic de Colombia y Maquinaria (Brasil, Chile, Paraguay, Argentina) o aquellos que parecen ser más un gran concierto con varios teloneros como el Quilmes o el Pepsi argentinos.
Salvo aparezca algo así como un Glastonbury, un Benicássim o un Roskilde por estos lares, estimamos que esta versión sudamericana del evento gestado en 1991 seguirá siendo la más importante para quienes vivimos en América Latina.
8. Es una vitrina para actos que de otra forma no llegarían a Sudamérica
Desde aquella primera versión en 2011, muchos grupos y solistas se acercaron por vez primera a estas tierras. Actos que creíamos casi imposible que viniesen, llegaron con su música no sólo a Chile y Brasil - con sus respectivos Lollapaloozas - sino también a Argentina que hasta 2013 no tenía su festival. Grupos como Soundarden, Jake Bugg, Capital Cities, AFI, Portugal.The Man, Arcade Fire y en el pasado Black Keys, A Perfect Circle, The Temper Trap, Band of Horses, MGMT, Foster The People, Empire of The Sun, Cold War Kids, Ben Harper y Kanye West, entre otros, fueron parte de la propuesta exclusiva del festival en estos cuatro años.
9. Es una experiencia familiar
Siguiendo la línea del festival original de Chicago, el Lollapalooza propone Kidzapalooza, un espacio dedicado a los niños, con música en vivo y otras actividades destinadas a los más pequeños. Los niños menores de 10 años tienen entrada gratuita al festival, impulsando a los padres para introducir a sus herederos a la música y a la cultura festivalera. No resultó nada extraño ver a niños y niñas - en compañía de papá o mamá - disfrutar de los shows de Phoenix, Vampire Weekend, Imagine Dragons y Lorde.
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10. No todos los escenarios tuvieron el mismo sonido
Es lo que uno espera -más allá de las propuestas sonoras de cada agrupación - que todos los grupos en vivo suenen bien.
Las diferencias en sonido entre un escenario y otro fueron muy notorias, y desconocemos las razones. El tercer stage principal, el auspiciado por Playstation, gozó del mejor sonido durante los dos días y actos como Capital Cities, Jake Bugg, Savages y Lorde no podían haber sonado mejor. El segundo escenario, de la marca Coca Cola, sonó muy bien con grupos como Nine Inch Nails, Arcade Fire, Vampire Weekend y Johnny Marr, pero no tan bien con Cage The Elephant y otro que no recuerdo. El escenario más importante, comprado por Claro, fue el que más problemas tuvo. Red Hot Chili Peppers y Portugal.The Man fueron los que más padecieron y con otros de los grupos existieron quejas debido al bajo volumen que no permitía escuchar muy atrás.
Asumo, después de la pésima experiencia personal que tuve con la telefónica, que Claro hizo honor a su reputación y brindó el "peor" de los servicios posibles en Lollapalooza. Quizás el señor Casablancas tenga algún convenio con ellos...
buenisima la resena che, estos detallitos no siempre los podemos leer!
ResponderBorrarExcelente reporte #PatoPeters estos detalles cuentan mucho para el lollapalooza y esperemos que año tras año siga mejorando...
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