Foto: Pato Peters |
Ed Kowalczyk, voz y principal compositor de Live llegó por vez primera a tierras sudamericanas y dentro de la gira, tuvo una parada en Buenos Aires, en un concierto íntimo en Niceto Club.
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Acompañado por tres músicos jóvenes, el ahora solista brindó un show extenso, intenso y amplio en repertorio con 14 canciones de su banda original - entre hits y otros menos difundidos - y varios temas de Alive su disco debut editado el pasado año.
Una intro de "Ave maria" arrancaría el show a las 21:30 e inmediatamente sonarían las notas de "All over you", un gran show opener y una de cinco canciones de aquel exitoso multiventas Throwing Copper de 1994. Cerca de 400 almas iniciabamos el viaje a la década del 90 y el pelado de enfrente era nuestro guía y conductor.
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Con vestimenta sencilla - una polera blanca y una campera de cuero - el cantante que está a días de cumplir 40 años, se había adueñado rápidamente del pequeño escenario. Una voz muy en forma, penetrante mirada y una actitud relajada, eran parte de un frontman a la cabeza de un show cercano, íntimo, con mucho aire de nostalgia.
"The great beyond" - mi tema favorito de su disco en solitario - fue el tema siguiente y dos temas juntos de Live llegarían luego: "The distance" del gran The Distance to Here de 1999 y el inolvidable "Selling the drama", carta de presentación de la banda e indudablemente, uno de los temas más coreados de la noche. Ese tempranero disparo - bien podría servir para culminar un concierto - dio lugar a dos canciones de su album solista, "Drink (Everlasting love)", una de muchas canciones escritas por el músico que hacen referencia al agua (en este caso, co-escrita por Chris Daughtry) y "Drive", tema que abre su primer trabajo post-Live.
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"The dolphin's cry", el tema que más esperaba escuchar fue el número siguiente. Me sentía viviendo nuevamente los años 1999 y 2000 y una lluvia de recuerdos, momentos y personas invadían mi cabeza en 4 minutos intensos, sentidos, nostálgicos y muy felices. Eran siete canciones y ya podía darme por satisfecho y me imagino que algo similar sentían los otros fanáticos alrededor.
Kowalczyk se mostraba contento ahí arriba; sonriente ante la siempre positiva respuesta del llamado "mejor público del mundo". Eramos pocos, pero era mucho lo que brindabamos, agradecidos por la música que nos tocaba recibir.
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Demostrando la fe en su primera producción fuera de Live, llegó la cuarta de siete canciones interpretadas de Alive, "Stand", segundo sencillo de ese trabajo, para continuar con otro de los grandes himnos del desaparecido cuarteto: el tema "Heaven" de Birds of Pray, su último hit radial y dedicado con emoción a sus hijas antes de cantarlo. "Grace", primer promocional de su disco llegó luego y comenzaría una seguidilla de canciones de Live, con una inicial visita a territorio Throwing Copper con "White. Discussion" y "I alone", sin duda una de las canciones más disfrutadas de la velada, con toda la gente volviéndose loca, completamente loca.
Una hora y unos cuantos minutos habían pasado desde el inicio del recital y el cuarteto se despidió del escenario; para no tardar mucho en volver con cuatro canciones muy dignas de un alto 'encore': primero fue "Pain lies on the riverside", una de dos canciones de Mental Jewelry; la tranquila "Overcome", con piano en lugar de guitarra y como única representante de V; la enérgica "Lakini's juice" que brindó otro de los momentos de mayor locura entre la gente y para finalizar la sentida "Lighting crashes", con un Kowalczyk cantando como hace 17 años y el público acompañando en ese "Oh, now I feel it coming back again, like a rolling thunder chasing the wind..."
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El concierto ya sobrepasaba los 90 minutos y la banda abandonaría una vez más el stage de Niceto y retornaría con otro largo 'encore', ésta vez sin el mismo efecto que el anterior. Dos temas juntos de Alive vendrían en ese bloque, "Just in time" y "Zion" y dos temas de Live, la poco conocida "The beauty of grey" y la suave "Dance with you", que casi al final se fundió en el coro de "Run to the water", ambas del disco de 1999. Esa extendida versión culminó con el cantante tomando su guitarra acústica y - sin sus acompañantes - regalarnos un último tema, "Turn my head" de aquel Secret Samadhi de 1997, con un emotivo coro a voces que quedó resonando en el lugar...
Fueron dos horas redondas de rock puro, en un recital sin aditivos visuales, pirotecnia ni trucos y toda la entrega de Ed Kowalczyk, una de las grandes voces que trajo la década del 90.
Me quedé con ganas de escuchar "Freak", "Rattlesnake", "They stood up for love" o "Mystery", pero me fui conforme, sintiéndome muy "vivo".
Foto: Pato Peters |
No hay botón "me gusta"?? Buen resumen, lo postié en mi Facebook y tuvo varias repercusiones/comentarios... qué buen recital, y lo describiste muy bien... saludos!
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