En 1971, Don McLean publicó la canción “American Pie”, que conmemora el fallecimiento de Buddy Holly, considerado por muchos como “el día en el que música murió”. El 3 de febrero de 1959, fue la fecha en que Holly, junto a Ritchie Valens y J.P. Richardson, importantes músicos de la época, perdieron la vida en un accidente de avión. Holly, de un promisorio futuro, tenía sólo 22 años.
Holly nació en 1936 en Texas y, junto a su banda The Crickets, logró imponer un estilo único. Por ello es considerado como uno de los pioneros del rock and roll. Si bien su carrera duro pocos años, se trató de la fuerza creativa más influyente en el rock n roll temprano.
"You say you're gonna leave, you know it's a lie
'Cause that'll be the day when I die"
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“That'll Be the Day” ya había vendido más de un millón de copias para 1957, además de haber cruzado el océano para ubicarse en el #1 en el Reino Unido. A la fecha la revista Rolling Stone la ubicó en el #39 dentro de las mejores 500 canciones de la historia.
Musicalmente se trata de un standard y piedra fundamental para el sonido que vino después. La única manera de entender a Holly, es saber que ni The Beatles, Rolling Stones, Bob Dylan o Elvis Presley hubieran podido desarrollar sus respectivos sonidos de no haber sido por la influencia de Holly.
Su corta carrera -de tres discos editados- y su trágica muerte, agrandaron una leyenda que tal vez no alcanzó ser un mito por sus propios logros sino por la grandísima influencia en los grupos y solistas que le siguieron. “Words of Love”, “Everyday” y “Peggy Sue” son canciones que, junto a “That'll Be the Day”, tienen que estar en la colección de cualquier persona que quiera entender los inicios de este género que tanto nos gusta: el rock n roll.
Señoras y señores a disfrutar de una vieja canción que suena igual de fresca y original como en los 50s. A darle play a Buddy Holly y “That'll Be the Day”.
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