El deporte favorito de los Estados Unidos, y de muchos alrededor de nuestro continente tiene -casi siempre- un atractivo show musical de medio tiempo para su final conocida como Super Bowl o Super Tazón.
La noche de ayer estuvo llena de sorpresas, la primera fue el marcador, si bien era muy posible que los Seatle Seahawks se lleven el Super Tazón, nadie esperaba que fuese por semejante diferencia de marcador y dejando en ridículo al gran Peyton Manning y sus Denver Broncos con un aplastante 43-8.
Volvamos al plano musical. Con un principio algo extraño, con niños cantando, apareció Bruno Mars tocando la batería, en medio de fuegos artificiales y todos los trucos habidos y por haber. Vestido al mejor estilo Motown, continuó con un set seguro con "Locked Out of Heaven", la exitosa "Treasure" y "Runaway Baby", bailando y cantando con músicos alrededor como si fuera un verdadero James Brown. El nativo de Hawaii, puso de manifiesto que es un músico completo, tanto en estudio como sobre el escenario.
La segunda sorpresa de la noche fue la presentación de los Red Hot Chili Peppers. Si bien todos sabíamos que iban a tocar, nadie esperaba que fuera solo una canción, "Give It Way" y nada mas. Poco de los Peppers quienes, acompañados de Mars, trataron de brindar emoción, dándolo todo, saltando y corriendo por todos lados. En todo caso se sintió como una falta de respeto a una banda consagrada como esta, que no recibió su espacio - dos o tres canciones como mínimo - para poder dar un mejor show. Sin duda no fue culpa de ellos, sino de la organización, ya que el show fue bastante corto comparándolo a los de años pasados. Hubiéra sido preferible una canción más de ellos, en lugar del solo de batería de Mars.
Muchos dirán que en lo musical este fue un Super Bowl algo flojo -¿exceptuamos a Mars?- con poca emoción, y se sintió predecible, calculado y tal vez olvidable. Lejos quedaron presentaciones memorables como The Who (2010), Blues Brothers, James Brown y ZZ Top (1997), Bruce Springsteen and the E Street Band (2009), Paul McCartney (2005), The Rolling Stones (2006) o Prince (2007).
Recordemos la noche que ni Manning ni los Peppers querrán recordar.
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